En un entorno donde la continuidad del negocio depende casi por completo del correcto funcionamiento de la infraestructura tecnológica, medir el desempeño de los sistemas IT ya no es una práctica opcional: es una necesidad crítica.
Sin embargo, muchas organizaciones —grandes y pequeñas— siguen sin contar con sistemas de monitoreo adecuados. ¿La razón? Falta de tiempo, presupuesto o una percepción errónea de que “todo funciona bien”. Pero la experiencia y los datos demuestran lo contrario: no medir conlleva riesgos que impactan directamente en la rentabilidad, la eficiencia y la reputación de las empresas.
En primer lugar, porque si no se mide, no se puede mejorar. Y si no se mejora, no se puede competir.
Hoy en día, toda empresa depende, en mayor o menor medida, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Desde operaciones bancarias hasta ventas online, desde la gestión de recursos hasta el soporte a clientes, la infraestructura IT es el motor que mantiene vivo el negocio.
Y al igual que cualquier motor, si no se controla su rendimiento, puede fallar en el momento menos oportuno. Medir la infraestructura permite identificar de forma proactiva:
No se trata solo de saber “qué está mal”, sino de entender cómo mejorar lo que está bien y evitar fallos futuros
Muchas empresas caen en la trampa de creer que medir requiere precisión absoluta, y que si no se puede obtener una métrica exacta, entonces no vale la pena hacerlo. Esto es un error.
El valor de la medición no radica únicamente en la exactitud de los números, sino en la capacidad de observar tendencias, comparaciones y evolución en el tiempo.
Medir permite responder preguntas clave como:
Incluso una medición “imprecisa” o simple puede arrojar insights valiosos. Como afirma Nicolás Matsunaga, Líder de Tecnología en U&R:
“Medir, aunque sea en forma imprecisa, es útil; medir es mejor que no medir”.
Uno de los mayores beneficios de medir es la posibilidad de anticiparse a los problemas. Un sistema de monitoreo eficaz permite:
El objetivo no es solo reaccionar cuando algo falla, sino prevenir que falle. Esto se traduce en mejor experiencia de usuario, menos interrupciones y mayor disponibilidad de los servicios.
Otra aplicación fundamental de la medición es el dimensionamiento adecuado de la infraestructura. Medir permite observar el comportamiento del sistema bajo distintas condiciones, prever aumentos de demanda y tomar decisiones informadas antes de que los recursos se vuelvan insuficientes.
Un buen sistema de monitoreo responde preguntas como:
Gracias a estas respuestas, las áreas de tecnología pueden optimizar su presupuesto y justificar inversiones de forma objetiva.
En un entorno cada vez más conectado, toda empresa forma parte de una cadena de valor con clientes y proveedores. Medir permite verificar si se están cumpliendo los Acuerdos de Nivel de Servicio (SLAs), tanto internos como externos.
Un Servicio de monitoreo de IT permite:
Otro error común en muchas organizaciones es medir, pero no aplicar la información recopilada a los procesos de gestión. Se instalan sistemas de monitoreo costosos, se generan dashboards coloridos… pero no se toma acción.
Medir solo “para la galería” —como lo llama Utard— es una pérdida de recursos. La medición debe estar al servicio de decisiones reales: detectar fallos, planificar expansiones, optimizar rendimientos y validar niveles de servicio.
Medir no es simplemente instalar una herramienta. Requiere:
Sí. Y su nombre es monitoreo de IT con nosotros, ya que desarrollamos una solución de monitoreo integral que combina:
Lo mejor: no requiere grandes inversiones ni equipos internos complejos. Justamente está pensado para empresas que necesitan resultados concretos, sin complicaciones.
Sí. En U&R Consultores brindamos servicios de monitoreo de IT adaptados a cada necesidad que combinan:
Medir es el primer paso hacia una infraestructura IT más confiable, eficiente y competitiva. Si tu organización aún no lo hace de forma sistemática, es momento de empezar.